En vísperas de la reunión anual de Nike que se celebra hoy, el consejero delegado John Donahoe se enfrenta a un grupo de inversores que desafían su recomendación de ignorar los problemas relacionados con los derechos laborales en su cadena de suministro. Bien al contrario, cada vez son más los inversores que exigen al gigante de ropa deportiva que vigile las violaciones de derechos humanos en sus fábricas proveedoras. Estos inversores se unen a las organizaciones de defensa de los derechos humanos, los sindicatos, consumidores y estudiantes que han instado a Nike a poner fin a su cruel e innecesario enfrentamiento de cuatro años con miles de trabajadoras y trabajadores vulnerables a quiénes se les deben sus salarios. Los inversores afirman que estos impagos de salarios en la cadena de suministro de Nike, suponen un riesgo considerable.

Una propuesta que insta a Nike a cambiar su ineficaz enfoque de vigilancia de los derechos humanos ha suscitado un gran interés entre los inversores. Además de la expectativa de que los 70 inversores que firmaron previamente una carta abierta a Nike apoyen la resolución, grandes inversores como Norges Bank, AXA y Cardano también han expresado su respaldo.

Los inversores que presentaron la propuesta sostienen que la dependencia de Nike de auditorías sociales realizadas por partes carentes de independencia y que emplean un enfoque vertical, ha fracasado sistemáticamente a la hora de identificar violaciones de los derechos humanos. Señalan un caso en el que 26 auditorías diferentes en una fábrica de Nike en Vietnam no detectaron ninguna violación, mientras que una única investigación centrada en los trabajadores descubrió importantes abusos de derechos laborales y un robo salarial generalizado, que Nike tardó años en abordar. Ahora los inversores vuelven a dar la voz de alarma, advirtiendo que la empresa corre el riesgo de volver a su reputación de los años 90´ como marca asociada a la explotación. Nike sigue ignorando a más de 4.000 trabajadores y trabajadoras de la confección a quiénes adeuda colectivamente 2,2 millones de dólares en salarios impagados e indemnizaciones, pendientes desde hace cuatro años. En el sector, Nike es considerado ahora un caso atípico; muchas otras marcas han instado a sus proveedores a pagar o han pagado directamente millones para garantizar que las personas que producen sus artículos reciban sus salarios. En cambio, Nike se ha mantenido firme y rechaza que se produzcan abusos, lo que recuerda su comportamiento pasado.

Nike ha recurrido a una multitud de falsedades y excusas, que no hacen sino verse reforzadas por las engañosas «investigaciones» que lleva a cabo en un esfuerzo por proteger su reputación. Los inversores han señalado que en los países de alto riesgo donde Nike produce sus prendas, como Camboya y Tailandia, el personal de las fábricas carece de plena libertad para organizarse y se enfrenta a intimidaciones y coacciones si expresan sus reivindicaciones. Las investigaciones indican que, en estas situaciones, se instruye a las personas entrevistadas para que informen a los auditores de que no hay problemas en la fábrica, aunque se estén violando sus derechos. No obstante, Nike ha redoblado su ineficaz estrategia, despidiendo incluso al 20% del personal supuestamente responsable de garantizar el cumplimiento de los compromisos declarados por Nike de defensa de los derechos fundamentales.

Un antiguo trabajador de la fábrica Violet Apparel declaró: «Si Nike y Ramatex [el grupo de fábricas proveedoras] me pagan el dinero que me deben, podré saldar la deuda que pesa sobre mí. Confío en recibir lo que me deben, y espero que nos concedan la paz y pongan fin a nuestra larga espera para poder liberarme por fin de los usureros».

La cantidad adeudada es insignificante en comparación con los 51.400 millones de dólares de ingresos anuales que Nike declaró al final del último ejercicio fiscal. Junto a la Propuesta 6, que insta a Nike a defender los derechos laborales en su cadena de suministro, también hay propuestas relativas a la remuneración de los ejecutivos, incluida la aprobación del salario multimillonario del CEO John Donahoe. De hecho, durante el mismo tiempo que se negaba al personal de su cadena de suministro sus salarios desde 2020, el Sr. Donahoe ha amasado 177 millones de dólares, todo mientras continúa ignorando a las mujeres que fabrican su ropa y utiliza cínicamente a otras mujeres en vallas publicitarias para encubrir la explotación.

Otras voces que apoyan a las trabajadoras en este conflicto es el movimiento de estudiantes de las universidades estadounidenses con las que Nike tiene acuerdos de licencia. En los campus de Estados Unidos, los estudiantes están organizando piquetes y protestas solidarias antes de la Junta General de Accionistas, en solidaridad con las personas que confeccionan sus prendas universitarias.

Brandon Wu, activista estudiantil de la Universidad de Nueva York con la organización Students for International Labor Solidarity (SILS) declara: «Los estudiantes de Estados Unidos se están dando cuenta de las violaciones laborales que permite y provoca Nike, y cada vez surgen más campañas de SILS en los campus. Nos estamos centrando en el caso Hong Seng, en el que mediante coacción e intimidación se robaron más de 800.000 dólares en salarios a las trabajadoras de la confección que produjeron ropa universitaria durante la pandemia. La campaña exige que Nike y la fábrica Hong Seng Knitting paguen a sus trabajadores. Como estudiantes, nos encontramos en una posición única, ya que nuestras universidades y facultades tienen contratos de decenas, a veces cientos de millones de dólares con Nike. Nike debe darse cuenta de que la rescisión de uno solo de estos contratos sería mucho más perjudicial que si Nike se limitara a garantizar que las personas de las fábricas reciben una remuneración justa y puntual; tienen derecho a cobrar lo que se les debe por el trabajo que han realizado, y la falta de respeto de Nike por este concepto fundamental es muy reveladora».

Además, más de 25 artistas y profesionales de museos han firmado una carta abierta en la que denuncian que Nike invirtiera potencialmente millones en una colaboración con el Centro Pompidou (y el museo lo aceptara), mientras que no garantiza el pago de indemnizaciones a los trabajadores y trabajadoras de su cadena de proveedores. Se unen así a las más de 126.000 personas y potenciales clientes de Nike, y el número sigue creciendo, que firmaron una petición online instando a la empresa a cumplir con sus obligaciones de pago, y a las decenas de organizaciones internacionales que ya el año pasado expusieron en una carta abierta los hechos que Nike niega. Nike se enfrenta a una presión creciente de voces que piden que pague a las personas que hicieron sus artículos, y es hora de que la empresa actúe.

¿Más información?

La propuesta de los inversores de Nike puede consultarse en: https://www.sec.gov/Archives/edgar/data/320187/000121465924014213/o812245px14a6g.htm y https://beta.unpri.org/group/22906/stream

La propuesta sugiere que Nike confíe menos en las auditorías de terceros y, en su lugar, se adhiera a acuerdos vinculantes que ponen en el centro a las personas trabajadoras para supervisar y mejorar los problemas de la cadena de suministro, incluido el Acuerdo Internacional sobre Salud y Seguridad en la Industria Textil y de la Confección.

Caso Violet Apparel: https://www.workersrights.org/factory-investigation/violet-apparel-co-ltd/ y https://cleanclothes.org/file-repository/stitched_under_strain_-_long_term_wage_loss_across_the_cambodian_garment_industry.pdf/view

Réplica de extrabajadores de Violet Apparel a la respuesta de Nike: https://www.business-humanrights.org/en/latest-news/violet-apparel-workers-rejoinder-to-nikes-response/

Caso Hong Seng Knitting: https://www.workersrights.org/factory-investigation/hong-seng-knitting/

Réplica de Worker Rights Consortium a Nike sobre el caso Hong Seng: https://www.business-humanrights.org/en/latest-news/worker-rights-consortiums-rejoinder-to-nikes-response-re-hong-seng-knitting-case/

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