Acuerdo sobre seguridad: datos esperanzadores
A día de hoy el Acuerdo sobre seguridad en los edificios y prevención de incendios en Bangladesh ha sido firmado por más de 180 empresas internacionales. Se estima que el Acuerdo cubre a unos dos millones de trabajadores/as, aproximadamente la mitad de la fuerza laboral de la industria de ropa de Bangladesh. A finales de Septiembre culminaron las inspecciones iniciales en 1106 fábricas y se adoptaron 400 planes de actuación. En 17 casos las inspecciones resultaron en una recomendación de evacuación temporal de los edificios. En otras 110 fábricas hubo que realizar reparaciones inmediatas antes de permitir que continuase la producción. A lo largo de esta primera fase se han identificado las medidas correctivas a adoptar para subsanar las deficiencias encontradas que incluyen desde exceso de peso en las plantas superiores de los edificios, a ausencia de puertas contra-incendios o pilares que precisan ser reforzados. A partir de ahora, se aborda la fase de ejecución y seguimiento de los planes de actuación y se iniciará el programa de formación y creación de los comités de salud y seguridad.
Frente a estos avances, la situación por la que atraviesan las personas que escaparon de la muerte aquel 24 de Abril de 2013 y la de las familias de los que murieron, lejos de despejarse, se agrava a medida que pasa el tiempo y el fondo creado para indemnizar a las víctimas sigue siendo deficitario.
La intolerable realidad de las víctimas. ¿Cuánto más tienen que esperar?
Nuestros compañeros del Secretariado Internacional desplazados a Bangladesh este mes se han encontrado con historias desgarradoras tras las reuniones mantenidas con los supervivientes y sus familias. Como la de Mahinu Akter, de 18 años. Dos días antes del derrumbe del Rana Plaza, su padre murió en un accidente de autobús. Mahinu era entonces la única persona que traía dinero a casa. De ella dependen su madre y dos hermanos. Mahinu trabajó en una de las fábricas del Rana Plaza desde que tenía 14 años. En el derrumbe del Rana Plaza, Mahinu sufrió lesiones en la cabeza y perdió un dedo. Estuvo 20 días hospitalizada. Una vez salió del hospital estuvo en cama durante un mes y no podía comer. Incluso ahora le cuesta comer. Todavía sufre dolores en su pie y piernas, tiene pérdidas de memoria y dolores de cabeza constantes.
Muchos de los supervivientes de Rana Plaza no encuentran trabajo y no les resulta posible reconstruir sus vidas. Los dueños de las fábricas son reticentes a darles empleo porque consideran que están “demasiado dañados” y contratarles “conlleva demasiado riesgo”. A los daños físicos y emocionales que perdurarán toda su vida, se añade la preocupación por la inseguridad económica.
El fondo para indemnizar a las víctimas no llega a la cantidad necesaria
La OIT, en base al convenio nº 121, estimó que serían necesarios 40 millones de USD para hacer frente al pago de las indemnizaciones. Se estableció el Comité de Coordinación Rana Plaza* que puso en marcha un fondo solidario para reunir aportaciones voluntarias de empresas y otros actores. Por el momento 25 empresas internacionales han contribuido al fondo de indemnización que ha recaudado 19.4 millones de USD. De este fondo sale el dinero para hacer frente a los pagos de las 5099 personas afectadas. Faltan 20 millones de USD. A principios de Octubre, 1587 personas recibieron el 40% del total de la indemnización que les corresponde. Antes de final de año las demás personas recibirán también el 40% de la indemnización. No obstante, para pagar las indemnizaciones en su totalidad, el 60% restante, es preciso que el fondo alcance los 40 millones de USD.
¿A qué están esperando las empresas internacionales? Todas dicen que apoyan el acuerdo Rana Plaza para pagar a las víctimas pero no se traduce en aportaciones económicas suficientes. Hasta que las empresas que ya han contribuido se decidan a aumentar sus aportaciones, y, las que no han pagado todavía lo hagan, no se podrá desembolsar el total de las indemnizaciones previstas a las víctimas.
La última empresa en contribuir al fondo ha sido Alcampo que a finales de Agosto aportó 1,5 millones de USD, un paso positivo pese a que la cantidad que se le reclamaba, dado su volumen de negocio, era 5 millones de USD. Muchas de las empresas que han contribuido al fondo de compensación no lo han hecho con cantidades suficientes. También es el caso de las españolas; tanto Inditex como El Corte Inglés y Mango han realizado aportaciones al fondo. Aunque no han revelado cuanto han pagado, estimamos que han sido contribuciones manifiestamente insuficientes en relación con su tamaño.
Aún hoy, otras empresas como Benetton, que se suministraba en Rana Plaza, o Carrefour, uno de los principales clientes de Bangladesh y cuyas etiqueta Tex fue encontrada en las ruinas del Rana Plaza, no se han dignado a hacer ninguna contribución al fondo de indemnización. Poco después del derrumbe Benetton declaraba que estaba comprometido a “trabajar directamente con aquellos afectados por el desastre de Rana Plaza”. Al negarse a contribuir al fondo gestionado por la OIT Benetton no sólo deja tiradas a las personas que han contribuido a generar sus beneficios en los últimos años sino que ahonda en su sufrimiento. Personas como Mahinu que señalaba “poco importa lo que pensemos sobre las indemnizaciones, sabemos que ellos nunca nos las darán”.
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(*) Comité de Coordinación está presidido por la OIT y compuesto por empresas internacionales (El Corte Inglés, Primark, Loblaw), Gobierno de Bangladesh, la patronal BGMEA, sindicatos global y local y ONGs (entre ellas la Clean Clothes Campaign).