El pasado 1 de febrero, en el marco de la semana internacional de apoyo a las trabajadoras del sector textil de Bangladesh, miembros de la Campaña Ropa Limpia y de CCOO se concentraron ante la Embajada de Bangladesh en Madrid. Mostraron su rechazo y preocupación ante la actitud del Gobierno del país tras las protestas de las trabajadoras y trabajadores de la industria textil, que exigen un salario digno y un entorno seguro de trabajo.
Los activistas de CRL y CCOO hicieron entrega de una carta con sus preocupaciones y demandas a representantes de la Embajada. Puedes leer la carta completa desde este enlace.
Aquí destacamos algunas de las principales exigencias:
«(…)Estamos profundamente preocupados por las medidas represivas que siguieron a las recientes protestas salariales en Bangladesh que resultaron en un trabajador muerto, decenas de manifestantes heridos y decenas de trabajadores despedidos, así como la presentación de cargos y arrestos de trabajadores y representantes sindicales. (…)
Si bien los aumentos acordados desde el inicio de las protestas han traído algunas mejoras mínimas, reiteramos que los salarios actuales en Bangladesh equivalen a salarios de pobreza. Asimismo instamos al gobierno de Bangladesh a respetar los derechos de los trabajadores a reunirse y manifestarse pacíficamente, a liberar a todos los trabajadores y representantes sindicales que fueron arrestados bajo acusaciones falsas y a retirar los cargos contra las personas involucradas en las recientes manifestaciones, así como durante las protestas salariales de 2016. Además, nos gustaría hacer hincapié en el derecho de los trabajadores y las trabajadoras a sentirse seguras en su lugar de trabajo.
El Acuerdo de Bangladesh sobre Seguridad en la Construcción de Edificios y de Instalaciones de Sistemas contra Incendios ha hecho un trabajo pionero para mejorar la seguridad en las fábricas de ropa de Bangladesh desde su puesta en marcha en 2013 tras el colapso del Rana Plaza. A pesar de sus importantes avances, el trabajo aún no se ha completado y la célula de remediación y coordinación (RCC por sus siglas en inglés) aún no tiene la capacidad ni ha demostrado la voluntad de inspeccionar las fábricas con los mismos estándares. El establecimiento de un plan de transición genuino para las inspecciones de las fábricas, los cursos de formación en materia de seguridad y el mecanismo de quejas para los y las trabajadoras requerirá mucho más tiempo y un compromiso genuino por parte del gobierno. Hasta que llegue ese momento, es vital que se permita al Acuerdo continuar con su trabajo de salvar vidas.(…)»