En DESA trabajan 1200 trabajadores y trabajadoras. La empresa tiene 2 fábricas en Düzce y Sefaköy e instalaciones en çorlu donde se curten y tiñen las pieles. Aproximadamente 500 empleadas trabajan en condiciones especialmente duras porque además tienen responsabilidades en casa. Según DESA la tasa de rotación de empleados es extremadamente alta: cuando uno se detiene a mirar las largas jornadas de trabajo y las terribles condiciones de los trabajadores empiezas a entender porqué.
Horas extras excesivas:
La queja principal de los y las trabajadoras son las excesivas horas extraordinarias. A menudo los trabajadores comienzan su jornada a las 8h de la mañana hasta la mañana siguiente y, sin pasar por casa, continúan trabajando hasta la noche, trabajando 36 horas en un turno. Esto no es una excepción, sino un hecho que se repite regularmente. Más de tres días a la semana, fuerzan a las trabajadoras a trabajar toda la noche y después continuar con su trabajo habitual hasta el día siguiente. Esto significa trabajar 36-40 horas sin descanso. Ciertos trabajadores registran marcas de hasta 220 horas extraordinarias cada mes. Según la ley laboral turca, el límite anual de horas extraordinarias son 270 horas.
Las horas extraordinarias a menudo no están reflejadas en sus nóminas. Por ejemplo, los trabajadores pueden hacer 144 horas como horas extraordinarias pero sólo se reflejarán 8-9 horas en sus nóminas. Les hacen firmar un papel en el que declaran haber hecho sólo 8-9 horas extraordinarias.
Salarios miserables:
En la fábrica de Düzce a los trabajadores y trabajadoras se les paga el salario mínimo. En Turquía se estima que el salario mínimo cubre sólo el 28-48% de los que se necesita para un nivel de vida básico. Se producen incrementos adicionales arbitrarios en los salarios y frecuentemente no se aplica el principio de remuneración equivalente por trabajo equivalente. Un buen número de trabajadores no están cubiertos por seguro médico, ya que la empresa ni lo facilita ni lo paga.
Las comidas que se sirven en la fábrica son de muy poca calidad debiendo la mayoría de los trabajadores comprar comida fuera de la fábrica lo que significa en un coste adicional que merman sus ya de por si exiguos salarios.
Sin vacaciones/maternidad/baja por enfermedad
Se deniega a los trabajadores y trabajadoras bajas laborales bajo ninguna circunstancia, ni por fallecimiento de un familiar, ni por nacimiento, ni por enfermedad. La baja por maternidad no está garantizada y ninguna de las instalaciones está dotada de servicios de guardería. Muchas mujeres deben dejar de trabajar para cuidar de sus hijos. Si las trabajadoras se quejan, se les amenaza con el despido.
Falta de salubridad/ agua potable
Según el sindicato la fábrica no reúne las condiciones de seguridad e higiene debidas, lo que ocasiona dolencias a un gran número de trabajadores. Las quejas más comunes incluyen dolor en los pies, espalda y cintura, varices, dipsnea (problemas en los pulmones y de respiración). En la fábrica de Estambul no hay ventilación, un problema particularmente grave por el tipo de químicos empleados en su trabajo.
Los trabajadores también se quejan de que no hay suficientes servicios para el número de personas que hay trabajando. Los que hay están a menudo cerrados en las horas de trabajo y son nauseabundos. El agua potable también está sucia. En la fábrica de Düzce los y las trabajadoras beben agua de una manguera que se encuentra en la planta de los servicios.
Sin voz, sin sindicato:
Hasta Abril la mayoría de los y las trabajadoras no pensaron en unirse a un sindicato. No porque la condiciones fueran buenas, sino porque hasta un cambio reciente en la gestión del departamento de recursos humanos, DESA ha proporcionado algunos canales a través de los cuales los y las trabajadoras podían expresar sus puntos de vista. Los trabajadores dicen que había cajas para quejas y sugerencias y se organizaban reuniones en las cuales los trabajadores y trabajadoras podían plantear sus problemas.
Ahora no hay manera de que las trabajadoras puedan comentar cuestiones o plantear preocupaciones. Esto demuestra exactamente porqué un sindicato independiente es tan diferente a otras modalidades de diálogo social o «voz de los trabajadores». En DESA, mientras que un gerente quería gestionar la fábrica recibiendo aportaciones de los trabajadores, su sucesor no lo desea dejando a los y las trabajadoras sin voz. únicamente a través de la organización en un sindicato independiente y representativo, los y las trabajadoras pueden esperar mejorar realmente sus condiciones de trabajo.
Por esto la formación del sindicato es vital: para que las condiciones de trabajo mejoren tanto ahora como en el futuro.