t<!– tt@page { margin: 2cm } ttP { margin-bottom: 0.21cm } t–> t
Tras la clausura de 72 talleres textiles en Mataró el pasado 16 de junio, se han alzado algunas voces que acusan a las administraciones públicas de entrometerse en una actividad industrial legítima y de no tener en cuenta la opinión de las 450 trabajadoras y trabajadores que realizaban intensas y largas jornadas de trabajo en los recintos intervenidos por los Mossos de Esquadra. El propio presidente de la Unión de Asociaciones Chinas, Lam Chuen Ping, compareció ante los medios de comunicación afirmando que los “supuestos esclavos” no trabajaban en contra de su voluntad y que la acción policial sólo ha logrado dejar a estas personas sin empleo que, al fin y al cabo, estaban en mejores condiciones aquí que realizando el mismo trabajo en territorio Chino.
Ciertamente las condiciones laborales en la industria de la confección china son lamentables. Las jornadas laborales superan, de forma habitual, las 12 horas diarias y cuando hay puntas de trabajo pueden llegar a las 18 horas. A esto hay que añadir que las horas extras suelen ser obligatorias y en demasiadas ocasiones no remuneradas; y que los salarios no alcanzan el mínimo legal establecido que se fija por provincias en una horquilla que va de los 30 euros de Jiangxi a los 90 euros de Shenzhen.
La Campaña Ropa Limpia considera que el hecho de que las condiciones laborales en China sean tan precarias no puede restar importancia a la vulneración de la legislación laboral española aplicable en todo el territorio, con independencia de la nacionalidad de los trabajadores y las trabajadoras. La globalización de la industria de la moda no ha significado una mejora en las condiciones de vida de las regiones en las que se han instalado las fábricas de ropa. Se han creado muchos miles de puestos de trabajo extremadamente precarios y las inversiones han sido inestables y volátiles. Esta transnacionalización ha beneficiado a grandes empresas que se aprovechan de la competencia entre mercados laborales para reducir los costes de producción a costa de presionar, cada vez más, a las personas trabajadoras que pierden progresivamente su capacidad de negociación tanto en los países ricos como en los empobrecidos.
La situación laboral en China no puede justificar la explotación laboral en territorio de la Unión Europea. Las condiciones de explotación son tan intolerables aquí como en el mismo territorio chino y debemos denunciar a las empresas que aprovechan estas ventajas para sostener sus beneficios a costa de la salud y del bienestar de los trabajadores y las trabajadoras vivamos o no en tiempos de crisis.
En este sentido, la Campaña Ropa Limpia celebra y apoya la iniciativa de la Federación de Industrias Textil-Piel, Químicas y Afines de CC.OO. personándose en la causa abierta por violación de los derechos de los trabajadores chinos de los talleres textiles clandestinos de Mataró. Asímismo, la Campaña Ropa Limpia pide a las autoridades que investiguen los canales a través de los que se distribuía la ropa procedente de los talleres intervenidos y la posible implicación de grandes marcas del sector de la moda.
La Campaña Ropa Limpia reivindica el respeto de los derechos laborales de las trabajadoras y trabajadores del sector textil, así como el empoderamiento de éstos a la hora de exigir la mejora de sus condicionas laborales. Asimismo, denuncia los casos en los que hay evidencias de vulneración de derechos. A nivel estatal la Campaña Ropa Limpia está coordinada por la ONG SETEM, que centra su trabajo en concienciar a nuestra sociedad de las desigualdades Norte-Sur, denunciar sus causas y promover transformaciones sociales, individuales y colectivas, para conseguir un mundo más justo y solidario.