Su decisión de retirarse es una respuesta a la campaña de represión contra el movimiento obrero llevada a cabo por el gobierno de Bangladesh y los propietarios de las fábricas durante los últimos dos meses. Estas empresas representan miles de millones de dólares en compras anuales de prendas de vestir para los fabricantes de Bangladesh.
El evento, que se celebra el 25 de febrero, es el evento anual de la industria textil en Bangladesh. El primer ministro de Bangladesh es el orador principal. La iniciativa de comercio ético ETI, que representa numerosas marcas de ropa, también se ha retirado, al igual que el único orador programado perteneciente a un sindicato.
La decisión sin precedentes de las marcas de ropa y otros actores internacionales de retirarse del evento es una gran vergüenza para el gobierno de Bangladesh y para BGMEA. El hecho viene a subrayar la creciente preocupación internacional por el deterioro de los derechos laborales en la industria textil de Bangladesh.
A raíz de las protestas no violentas en Ashulia de las trabajadoras y los trabajadores que exigían mayores salarios en diciembre, al menos 34 personas – dirigentes sindicales, activistas y trabajadoras – fueron arrestadas y detenidas, muchas durante más de ocho semanas, a pesar de la ausencia de pruebas de actos ilícitos. Por lo menos 1500 personas fueron despedidas de sus trabajos. Recientemente, la policía cerró varias oficinas sindicales. Mientras que la mayoría de las personas detenidas fueron recientemente liberadas bajo fianza, en respuesta a la presión internacional, continúan enfrentando cargos criminales que conllevan el potencial de largas penas de cárcel y deben hacer comparecencias frecuentes al juzgado, en algunos casos nueve veces al mes.
Md Ibrahim, uno de los dirigentes sindicales arrestados, dice: «Parece haber un esfuerzo pactado por parte de la industria y el gobierno para suprimir cualquier actividad que busque permitir a los trabajadores y las trabajadoras disfrutar de sus derechos… Esto tiene un efecto escalofriante en la organización «.
La represión ha sido condenada internacionalmente. Human Rights Watch encontró que las circunstancias de muchas de las detenciones después de las huelgas de Ashulia apuntan al abuso de los poderes policiales por motivos políticos para tomar represalias contra dirigentes sindicales más que a acusaciones creíbles de crímenes. En una redacción editorial, The New York Times calificó las acciones del gobierno como un intento de «intimidar a los trabajadores y las trabajadoras y de mantener a Bangladesh como un país de bajos salarios».
Mirjam van Heugten de la Campaña Ropa Limpia dice: «Claramente nuestra campaña laboral mundial #EveryDayCounts #WagesNotJail dirigida a las marcas vinculadas a esta represión está teniendo un impacto. Con este boicot a la cumbre de BGMEA, las principales marcas están enviando un mensaje claro a BGMEA y a las autoridades de Bangladesh: a menos que todas las personas detenidas sean puestas en libertad, se retiren los cargos infundados y se detengan otros actos de intimidación y hostigamiento a los sindicatos, no podrán participar de manera creíble en una cumbre sobre el «crecimiento sostenible» de la industria.