Cambia Tus Zapatos publica hoy la ficha técnica ‘La puerta trasera de la fábrica. Las condiciones laborales en el sector indonesio del cuero y el calzado’. La publicación es el resultado de una investigación realizada por la organización indonesia TURC, en colaboración con las alemanas Inkota y Südwind, en 4 fábricas de la isla de Java y con cerca de 40 trabajadoras a domicilio.
Indonesia es el cuarto mayor fabricante de calzado del mundo después de China, India y Vietnam. En 2015 produjo 1.000 millones de pares de zapatos, lo que equivale al 5% de la producción mundial. La disponibilidad de mano de obra barata hizo que ya a partir de los años 80 las marcas deportivas como Nike empezaran a producir calzado en el país.
Las vulneraciones de derechos laborales en Indonesia persisten bajo la constante amenaza de las marcas de abandonar el país. Salarios extremadamente bajos, horas extras forzosas, impagos a la Seguridad Social, y restricciones a la libertad de asociación no son hechos inusuales en las fábricas. En principio, las empresas solo pueden recurrir al trabajo temporal si necesitan personal por un período corto de tiempo. Sin embargo de las 117 personas entrevistadas en las fábricas, solo 65 (el 55,6%) eran fijas, mientras que 52 (el 44,4%) eran temporales.
«Las declaraciones de trabajadores y trabajadoras son contradictorias a las posiciones de representantes de las empresas, que ante toda evidencia remiten a los altos estándares de la legislación laboral y a sus iniciativas de Responsabilidad Social Corporativa«, apunta José Luis Mariñelarena, coordinador de la Cambia Tus Zapatos en el estado español.
Las encuestas en las fábricas destacan una gran diferencia de condiciones laborales entre dos de las fábricas estudiadas: PT Prima Dinamika Sentosa, que ni siquiera permite la libertad sindical y paga por debajo del salario mínimo regional, y PT Ecco Indonesia, con condiciones relativamente buenas. La disparidad se debe a que PT Ecco Indonesia debe cumplir el Código de Conducta de su matriz en Dinamarca mientras que las fábricas proveedoras de esta, como PT Prima Dinamika Sentosa, no tienen esa obligación. El Código de Conducta solo es aplicable a proveedores directos.
Por la puerta trasera entra y sale el personal temporal y también el personal a domicilio. La situación de vulnerabilidad de las trabajadoras a domicilio entrevistadas destaca particularmente. En la práctica, y contradiciendo las estimaciones de la marca alemana Ara – para la que producen las entrevistadas a través de fábricas que las subcontratan sin ningún acuerdo laboral por escrito – estas trabajadoras reciben aproximadamente una cuarta parte del salario mínimo, lo que no llega para cubrir sus necesidades básicas. El pago por pieza insuficiente y los pedidos variables hacen que sus jornadas sean a menudo inasumibles. Un tercio de las entrevistadas dijeron que sus hijos e hijas tenían que ayudarles a coser zapatos.
“Es imperativo que las marcas de calzado que producen en Indonesia se comprometan seriamente en promover mejoras de las condiciones de trabajo en el país en vez de obstculizarlas ya que, a pesar de algunos logros iniciales y la existencia de abundante legislación laboral, se continúan vulnerando derechos humanos fundamentales como la libertad de asociación y el derecho a un salario digno”, añade José Luis Mariñelarena.
Foto de Ferry Latief/OIT/Flickr.com