Jashmin Uddin – Bangladesh
Foto: GMB Akash
Jashmin Uddin tiene 45 años. Lleva trabajando desde los 20 curtiendo cuero en Bangladesh. Tiene dos hijos y una hija.
Todos los días mi hija me pide que deje este trabajo. Ella piensa que es peligroso trabajar aquí. Pero he estado trabajando aquí durante los últimos 25 años. He criado a mis hijos trabajando aquí y no sé hacer otra cosa. El trabajo que estoy haciendo es muy especial; no todo el mundo puede hacerlo. Lo aprendí de mi maestro y nadie en esta fábrica sabe cómo realizar esta tarea. Por eso mi salario es el doble que el de otros. Gano 20.000 takas (225€) cada mes. Pero no puedo ahorrar ni un solo céntimo, ya que tengo que pagar el alquiler de mi casa y tengo que enviar a mis tres hijos a la escuela y la universidad.
Te puedes ganar bien la vida en este trabajo si tienes buena salud. Pero habrá un día en que tu salud se derrumbará y no estarás en condiciones de hacer otro trabajo. Muchos de mis colegas ya han regresado a sus pueblos después de sufrir diferentes problemas de salud. Mi esposa a menudo me dice con desesperación que al trabajar aquí estoy reduciendo mi esperanza de vida todos los días. Tal vez tiene razón, pero estoy educando a mis dos hijos para que no tengan que hacer un trabajo así en su vida.