Shahabuddin – Bangladesh

«Mi familia vive en el pueblo. He estado trabajando aquí durante 12 años. Una vez mi esposa vino a ver dónde trabajo. Desde ese día llora cada vez que voy a visitarlos.»

Adulhalim Demir – Turquía

Adulhalim Demir – Turquía

"Primero trabajé para Leke Jeans. Dormía en la sección destinada al tratamiento de vaqueros mediante chorro de arena o sandblasting. Tras un tiempo, me dijeron que si quería continuar durmiendo ahí, tendría que empezar a trabajar en el sandblasting. Trabajé durante dos meses. Después, entre 1998 y 1999 trabajé durante un año como “jefe de sandblasting” para una empresa que producía vaqueros para Tommy Hilfiger. Trabajaba y dormía ahí. Creo que fue durante este periodo cuando enfermé."

Rahim – Bangladesh

Rahim – Bangladesh

"Lo peor de mi trabajo es que la gente no nos valora. Pueden respetar a un trabajador o trabajadora del textil, pero no a nosotros. Tal vez esto es porque trabajamos en un ambiente peligroso que plantea grandes riesgos para nuestra salud. Si salgo y me siento en un puesto de té, la gente no se sentará a mi lado.
Puedo entender que mi olor corporal no desaparece después de varias duchas, pero este es mi trabajo. No soy un ladrón."

Shaurav – Bangladesh

Shaurav – Bangladesh

"Quiero ir a la escuela pero mis padres dijeron que solo los ricos van a la escuela. Odio el trabajo que hago. Pero no puedo dejar este trabajo porque somos muy pobres y si lo dejo mi madre tiene que trabajar horas extras para ganar más dinero.
Gano 3.000 takas al mes (35€), lo que es un salario bastante grande para un chico pequeño como yo."

Sim Nak – Camboya

Sim Nak – Camboya

Sim Nak – Camboya Sim Nak, de 33 años, se peina antes de trabajar en la modesta habitación que comparte con tres compañeras de trabajo en Phnom Penh, Camboya. Lleva trabajando 4 años en ShenZhou. La mayoría de los días de 7h a 16h, y después otras dos...

Parvin Akter – Bangladesh

Parvin Akter – Bangladesh

"Mi marido me dejó hace quince años. Estaba embarazada de ocho meses de mi hija menor cuando empecé a trabajar en la curtiduría. No sé cómo sobreviví todos estos años trabajando aquí y criando a los niños. Los envío a la escuela. Mi trabajo comienza a las 7h y termina a las 19h.
Lo más triste es que como mujer siempre gano menos que un hombre. Después de 15 años de experiencia mi sueldo actual es de 6.500 takas (75€)."

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