Acción en Manresa para dar a conocer las condiciones de producción de la ropa de Lidl y Carrefour

06/julio/2010 | Noticias

t<!– tt@page { margin: 2cm } ttP { margin-bottom: 0.21cm } t–> t

La acción consistió en «empapelar» la masa de coches de clientes/as aparcados en los párkings del Carrefour y del Lidl de la periferia de Manresa. En el parabrisas de cada coche se colocó un folleto de contrapublicidad (que imita a los folletos promocionales de verdad) de las marcas caricaturizadas  como «Correfour» y «Pidl», donde se ironiza sobre las condiciones laborales deplorables que han permitido unos precios ridículos en las grandes superficies.

La reflexión se dio en el taller realizado por el responsable del informe «Pasen por caja», Albert Sales, en el local de la cooperativa «el Almaixerà». En este espacio se trataron las causas de la explotación laboral, el modelo de negocio de las grandes cadenas de distribución y las acciones que  se pueden llevar a cabo para luchar contra las prácticas de estas grandes empresas.Informe «Pasen por caja»

También te puede insteresar

12 años después del derrumbe de la fábrica textil de Rana Plaza, Decathlon todavía da la espalda a la seguridad y a los derechos laborales

12 años después del derrumbe de la fábrica textil de Rana Plaza, Decathlon todavía da la espalda a la seguridad y a los derechos laborales

El 24 de abril de 2025 se cumplen doce años del derrumbe del Rana Plaza en Bangladesh, una tragedia que puso en evidencia la cara más oscura de la industria de la moda. Desde la red internacional Campaña Ropa Limpia denunciamos que, 12 años después, las condiciones laborales del sector textil de Bangladesh continúan siendo inaceptables.

Las trabajadoras textiles no pueden pagar el precio de la guerra arancelaria de Trump

Las trabajadoras textiles no pueden pagar el precio de la guerra arancelaria de Trump

La administración Trump ha anunciado nuevos aranceles que afectarán a países productores de prendas como Camboya, Bangladés y Sri Lanka. La Campaña Ropa Limpia exige que las empresas no trasladen los costes a las trabajadoras, como ya ocurrió durante la pandemia de COVID-19, cuando se recortaron salarios y derechos laborales. Las grandes marcas globales deben asumir estos costes y garantizar condiciones laborales dignas para las trabajadoras.

Pin It on Pinterest

Share This