Hace poco más de un mes desde que un incendio devoró la fábrica Ali Enterprise y mató a casi 300 personas. A los pocos días del incendio, los trabajadores de la fábrica recuperaron prendas que llevaban el logo «Okay», una marca producida y distribuida por la empresa de «hard discount» KIK.
Ante la evidencia KIK se vio obligado a reconocer su vinculación con la fábrica y anunció que va a crear un fondo para seguir pagando los salarios de los/as trabajadores/as que sobrevivieron. Sin embargo, ha pasado más de un mes y ninguno de los trabajadores consultados ha recibido pago alguno. KIK tampoco ha proporcionado apoyo a las familias de las víctimas y a los heridos.
Alrededor de 650 personas estaban trabajando en la fábrica Ali Enterprise produciendo vaqueros para KIK cuando se declaró el incendio. La mitad de ellas murieron porque las puertas de emergencia estaban cerradas, había barrotes en las ventanas y las escaleras estaban bloqueadas por mercancía. Muchas personas sufrieron fracturas al lanzarse al vacío desde la azotea de la fábrica.
Dada la magnitud de la tragedia era de espera una reacción inmediata por parte de la empresa alemana. La insistencia de KIK en escudarse en las auditorías realizadas es vergonzosa.
Nasir Mansoor de la Federación Nacional de Sindicatos de Pakistán no puede ser más claro: «Los compradores extranjeros no se preocupan por las condiciones de trabajo en las fábricas de aquí […] una visita de 30 minutos a la fábrica habría revelado que los trabajadores no cuentan con ninguna de las disposiciones que los propietarios dicen en los documentos» [documentos de cumplimiento de los estándares laborales que los proveedores envían a las empresas clientes] «.
La Campaña Ropa Limpia exige a KIK que reconozca su responsabilidad en el siniestro, actúe de inmediato para garantizar la reparación de las víctimas -incluido tratamiento médico e indemnizaciones-, investigue las causas del incendio y realice inspecciones exhaustivas al resto de sus proveedores.
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