Queja formal contra la auditora RINA por el incendio de la fábrica textil Ali Enterprises

13/septiembre/2018 | Noticias

Derechos humanos y laborales en la industria textil

Más de 250 personas murieron y decenas resultaron heridas en un incendio en la fábrica textil Ali Enterprises en Karachi, Pakistán, el 11 de septiembre de 2012. Sólo tres semanas antes, la auditoría italiana RINA Services S.p.A. había certificado que la fábrica cumplía con las normas internacionales del trabajo. Cuando se conmemora el sexagésimo aniversario del desastre, una coalición internacional de ocho organizaciones de derechos humanos, laborales y de consumidores ha presentado una queja ante el Punto Nacional de Contacto (PNC) de la OCDE en Roma contra la firma auditora, una compañía que podría haber evitado cientos de muertes, simplemente, haciendo su trabajo.

«Mi hijo murió en el incendio como lo hicieron cientos de trabajadores que no pudieron huir de la fábrica de Ali Enterprises a tiempo. El sistema de detección de incendios no funcionaba, las medidas de emergencia no existían y las vías de escape estaban bloqueadas». Es el relato de Saeeda Khatoon, presidenta de la Asociación de Afectados por el incendio de la fábrica Ali Enterprises.

El elevado número de víctimas mortales del incendio en la fábrica de Ali Enterprises demuestra que el proceso de certificación ignoró los principales problemas de seguridad. En una simulación digital del incendio, la agencia de investigación Forensic Architecture, con sede en Goldsmiths, Universidad de Londres, demostró que de no haberse ignorado las normas de seguridad, se podrían haber salvado cientos de vidas.

El responsable de la auditoría y la certificación fue la empresa italiana RINA, no solo no visitó la fábrica, sino que su filial paquistaní RI&CA (Agencia Regional de Inspección y Certificación) aparentemente tampoco puso un pie en ella. La auditoría de esta subcontrata no detectó una serie de infracciones de los estándares internacionales (SA 8000) y de las normas pakistaníes de seguridad que, a la postre, resultarían fatales.

La existencia de un piso construido ilegalmente y un sistema de alarma de incendio en desuso, así como la presencia de trabajo infantil y horas extras excesivas. El informe de auditoría incluso recogía la existencia de falsas salidas de emergencia y de libre acceso y material de lucha contra incendios suficiente, cuando en realidad las puertas estaban cerradas, las vías de escape bloqueadas y el único extintor disponible no funcionaba.

Deborah Lucchetti, coordinadora de Campagna Abiti Puliti señala: «La negativa de RINA a divulgar información relevante alegando obligaciones de confidencialidad ha obstaculizado el trabajo de los defensores de los derechos humanos y otras partes interesadas para esclarecer los hechos y acelerar el proceso de reparación. Este caso muestra una vez más la necesidad de una transparencia pública total mediante la eliminación de las barreras contractuales entre la empresa auditora y sus clientes».

Las exigencias sobre las firmas auditoras

RINA es una empresa multinacional ubicada en Italia, país miembro de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que por lo tanto debe cumplir sus Directrices para Empresas Multinacionales. Por este motivo, una coalición internacional de ocho organizaciones de Pakistán, Alemania, Italia y los Países Bajos presentó una queja en el Punto Nacional de Contacto italiano contra RINA por emitir el certificado SA8000 sobre la base de un informe de auditoría deficiente e incorrecto.

Los querellantes instan a RINA a publicar el informe de auditoría de Ali Enterprises y a garantizar procedimientos más transparente en el futuro que rinda cuentas a las trabajadoras y trabajadores y respeten sus derechos humanos y laborales. Además, la queja aborda dos deficiencias generales del sistema de auditoría, instando a que las auditorías tengan en cuenta el contexto de las prácticas de compra de las marcas e incluyan un sistema de pago que evite el actual conflicto de interés generado por las auditorías de fábrica pagadas por los mismos propietarios de las fábricas.

La queja presentada pretende demostrar que el sistema actual de auditorías legitima la explotación y crea falsas garantías que pueden costar vidas y que, por lo tanto, se necesita un cambio fundamental en el campo de la transparencia, la responsabilidad hacia las trabajadoras y trabajadores y la responsabilidad de las firmas auditoras. Finalmente, la demanda solicita que RINA también participe en el acceso y la provisión de reparación.

Carolijn Terwindt del Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR), que es co-denunciante del caso y está apoyando a los afectados paquistaníes en una demanda civil contra el principal comprador de la fábrica (la empresa alemana KIK), señalaba: «El evidente fracaso de RINA para detectar y actuar sobre violaciones en materia de seguridad y derechos laborales en la fábrica de Ali Enterprises demuestra una vez más que el sistema de auditoría social es inherentemente defectuoso y que sin transparencia y responsabilidad para los trabajadores, el sistema fallará una y otra vez «.

Alessandro Mostaccio, secretario general del co-denunciante Movimento Consumatori, dijo: «La certificación SA 8000 constituye una garantía para que los consumidores de todo el mundo compren productos seguros. Al certificar a Ali Enterprises, RINA proporcionó una garantía engañosa a los consumidores, lo que ensombreció la credibilidad de todo el sistema de certificación y su capacidad de contribuir a una industria más segura y justa. Esto viola el derecho fundamental del consumidor a productos seguros, como se contempla en el Código del italiano, Art.2».

El fracaso del sistema de auditoría muestra la extrema necesidad de contar con mecanismos de seguridad preventivos fiables en la industria de ropa que estén orientados a fortalecer la capacidad del estado en lugar de confiar en sistemas paralelos centrados en la obtención de beneficios a toda costa.

Nasir Mansoor de la Federación Sindical Nacional de Pakistán (NTUF) dijo: «Los trabajadores y los sindicatos que les representan deben tener un papel central en el control de la seguridad preventiva en Pakistán y exigir mejores condiciones de trabajo en toda la industria, ya que el sistema de auditoría privada fracasó miserablemente en mejorar las condiciones de trabajo».

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