En una flagrante maniobra anti-sindical, la fábrica de ropa Global Garments (Chittagong, Bangladesh) que suministraba a Amazon y Kohl’s, cerró en octubre de 2020 dejando a 1.200 trabajadoras sin ingresos.
La fábrica Global Garments contaba con un sindicato independiente desde 1984; había suscrito cuatro convenios colectivos con la gerencia de la fábrica. El sindicato de la fábrica forma parte de la Federación Sindical Independiente de Trabajadores de la Confección de Bangladesh (BIGUF), afiliada a IndustriALL Global Union.
Entre marzo y octubre de 2020, Global Garments despidió a las trabajadoras durante un total de 79 días pagándoles en ese periodo la mitad de sus salarios. Para evitar el cierre definitivo de la fábrica, el sindicato pidió a la dirección que continuase con los despidos temporales y así salvaguardar los puestos de trabajo y ayudar a la fábrica a sobrevivir. Sin embargo, la dirección rechazó esta petición y ha utilizado la pandemia de Covid-19 como excusa para acabar con uno de los sindicatos más antiguos de la industria de la confección del país. Desde 2014, la empresa matriz de Global Garments, el grupo Azim, que también hace negocios con Asda, C&A e Inditex, ha cerrado gradualmente sus cinco fábricas que tenían sindicatos independientes.
Esta no es la primera vez que las trabajadoras y trabajadores de Global Garments y sus representantes sindicales se enfrentan a la represión de sus derechos fundamentales. En 2014, varios miembros del sindicato fueron brutalmente agredidos a las puertas de la fábrica. Este violento episodio fue recogido por el New York Times en diciembre de 2014 y febrero de 2015. También se hizo eco un congresista estadounidense quién calificó aquel ataque contra los sindicalistas como deplorable y apremió al gobierno de Bangladesh a adoptar un papel más activo para desalentar y remediar este tipo de violencia.