58 destacados grupos sindicales y de derechos humanos exigen al gigante de la ropa deportiva Nike que ponga fin a su enfrentamiento con las trabajadoras de la confección tailandesas y camboyanas para cumplir por fin sus compromisos en materia de derechos humanos y pagar a las trabajadoras de su cadena de suministro los 2,2 millones de dólares en salarios y prestaciones impagados que llevan esperando desde 2020. A las trabajadoras de la fábrica Violet Apparel, propiedad del principal socio de fabricación de Nike, el conglomerado multimillonario Ramatex Group, se les negaron 1,4 millones de dólares en beneficios legales desde que la fábrica Violet Apparel cerró en 2020.
La declaración de solidaridad (a la que se ha adherido SETEM) se produce poco después de que el Consorcio para los Derechos de los Trabajadores (WRC) publicara un informe que no deja lugar a dudas sobre quién es responsable de garantizar que 1.284 trabajadores y trabajadoras camboyanas reciban la indemnización terminal que les corresponde legalmente: Nike y su principal proveedor, el Grupo Ramatex.
Nike ha justificado hipócritamente la continua negativa de Ramatex a pagar a los trabajadores escondiéndose detrás de un fallo sin validez legal contra los trabajadores de Violet Apparel por parte del Consejo de Arbitraje de Camboya, incluso cuando Nike se unió a otras grandes marcas en 2018 y 2019 para plantear directamente sus preocupaciones al Gobierno de Camboya sobre la disminución de la independencia del Consejo de Arbitraje y las amenazas a los derechos laborales en el país. Human Rights Watch señaló que el resultado sesgado del Consejo de Arbitraje era una prueba del «Consejo de Arbitraje politizado», y el WRC ha descrito en detalle cómo la excusa utilizada por Ramatex para despedir a los trabajadores sin pagarles todos los beneficios era falsa.
Nike ha justificado hipócritamente la continua negativa de Ramatex a pagar a los trabajadores escondiéndose detrás de un fallo sin validez legal contra las trabajadoras de Violet Apparel por parte del Consejo de Arbitraje de Camboya, incluso cuando Nike se unió a otras grandes marcas en 2018 y 2019 para plantear directamente sus preocupaciones al Gobierno de Camboya sobre la disminución de la independencia del Consejo de Arbitraje y las amenazas a los derechos laborales en el país. Human Rights Watch señaló que el resultado sesgado del Consejo de Arbitraje era una prueba de un «Consejo de Arbitraje politizado«, y el WRC ha lo ha descrito cómo la excusa utilizada por Ramatex para despedir a las trabajadoras sin pagarles todos los beneficios era falsa.
Peor aún, Nike niega descaradamente las pruebas irrefutables que demuestran que sus productos se produjeron en Violet Apparel durante años, a pesar de haber recibido fotos de productos de Nike fabricados en la fábrica, incluidas listas de hilos, etiquetas y documentos internos de Nike, así como testimonios coherentes y creíbles de todas las trabajadoras de que produjeron productos de Nike durante años.
Este caso no es el único. Nike también está defendiendo el comportamiento de la fábrica Hong Seng Knitting en Tailandia, donde insiste en que las trabajadoras donaron voluntariamente a su empleador los salarios que legalmente les correspondían durante la pandemia, a pesar de que las trabajadoras protestaron y denunciaron el robo de salarios a la policía.
Nike se ha posicionado como la empresa atípica de la industria que abusa de los derechos, actuando en contra de sus compromisos en materia de derechos humanos y de su propio código de conducta; por este motivo, una oleada de organizaciones de derechos humanos y laborales de todo el mundo se ha unido para decir basta.
«El informe del WRC demuestra lo que ya sabíamos: Ramatex y su mayor comprador, Nike, deben garantizar que estos trabajadores sean finalmente indemnizados. No hay ningún fundamento jurídico que justifique su inacción y no pueden apelar a una institución viciada en busca de protección».
Yang Sophorn, presidente de la Alianza Camboyana de Sindicatos (CATU).
«El Grupo Ramatex no sólo tiene la obligación legal de indemnizar a las trabajadoras, sino que tanto él como su mayor comprador, Nike, disponen de los medios financieros para hacerlo. Las empresas que se abastecen en países como Camboya deben dejar de beneficiarse de que una legislación laboral sólida sobre el papel se aplique tan mal, dejando a sus trabajadoras y trabajadores sin protección social. Y no olvidemos que intentaron salirse con la suya durante una pandemia»
Niki Gamara, Coordinadora de Llamamientos Urgentes para el Sudeste Asiático de la Campaña Ropa Limpia.
«El empresario calculó que mi indemnización era de unos 500 dólares, pero según mis cálculos aproximados mi indemnización debería ser de unos 5.000-6.000 dólares, porque he trabajado en esta fábrica durante mucho tiempo. Desde que cerró la fábrica no tengo dinero para comprar leche para mis hijos. Tengo que pedir dinero prestado a mis parientes para comprar leche».
Una de las ex trabajadoras de Violet Apparel agraviadas, madre de dos hijos.
Lea la declaración completa aquí.
Más información en payyourworkers.org/ramatex.