IKEA Y OTRAS EMPRESAS DISTRIBUIDORAS DE ROPA DE HOGAR INMÓVILES ANTE LA PERSECUCIÓN SINDICAL EN TURQUÍA

20/mayo/2009 | Noticias

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Los clientes de Menderes – Ikea , Carrefour, Ibena, Kohol’s, Otto y Wal-Mart – siguen impasibles ante esta situación

Antecedentes

Menderes Tekstil, una fábrica situada en el Sur-Oeste de Turquía produce ropa de cama y de hogar para el mercado interno y para la exportación. En los últimos años, cuatro trabajadores de esta factoría murieron en accidentes laborales. En el más reciente, el 20 de noviembre de 2008, un obrero murió cuando cayó en el embudo de una caldera de carbón. Otros trabajadores explicaron que la caldera no disponía de ninguna de las medidas preventivas necesarias para una instalación de ese tipo. Después de esta muerte no se corrigió la falta de seguridad y otros tres trabajadores entraron en la caldera sin protección contra los gases tóxicos y tuvieron que ser internados en un hospital cercano por intoxicación respiratoria.

En marzo de 2008, el sindicato nacional turco de trabajadores del textil (TEKSIF) se reunió con las obreras y obreros de la fábrica para iniciar movilizaciones. Desde entonces, la dirección de Menderes ha estado llamando a los representantes sindicales de la plantilla uno por uno para imponerles un ultimátum y exigirles su salida del sindicato.

Menderes Tekstil ha amenazado repetidamente a los trabajadores y las trabajadoras “sospechosos” de pertenecer a una organización sindical forzándoles a firmar su dimisión y abandonar el sindicato. En caso de negarse, la dirección de la empresa los trasladaba a peores puestos de trabajo, les recortaba los derechos laborales adquiridos y, en muchas ocasiones, recurría a las amenazas hacia los mismos trabajadores y trabajadoras y a sus familias.

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En agosto de 2008, empezaron las protestas frente al edificio de la fábrica. La protesta duro 190 días y tenía como objetivo que se respetará los canales de representación de las personas trabajadoras y se iniciara un proceso de negociación. Pese a estas protestas, la empresa se ha negado a cualquier tipo de diálogo.

Mientras tanto, ya hay ocho casos de despido improcedente ante los magistrados pero el proceso judicial podría durar años.

Menderes tiene clientes internacionales que han sido informados de la persecución que están sufriendo los trabajadores y las trabajadoras. Pese a que han llevado a cabo algunas investigaciones, se niegan a dar a conocer los resultados y niegan que haya problemas en la factoría. Esta forma de proceder ni siquiera está a la altura de sus propios códigos de conducta.

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