(19 de julio de 2011).- La Campaña Ropa Limpia (CRL), coordinada por SETEM, asiste a la Junta de Accionistas que Inditex celebra el 19 de julio en las instalaciones de la empresa, en Arteixo. La intervención de la CRL se centra en la demanda de garantías reales que aseguren que las personas que trabajan en las fábricas proveedoras del grupo Inditex puedan vivir dignamente de su trabajo. Como testimonio, la CRL cede su espacio a la Señora Naima Naim, sindicalista y militante de los derechos laborales de las obreras de la industria de ropa de Marruecos. Naima denuncia la realidad de las obreras de su país en la cadena de subcontratación de Inditex.
Naima Naim, activista y sindicalista marroquí especializada en género y derechos laborales, lleva 20 años luchando por los derechos de las trabajadoras en las fábricas textiles en Marruecos y es miembro del Comité Nacional de Mujeres Trabajadoras de Marruecos. La militante cuenta que “la situación general de las empleadas del textil de su país se caracteriza por la no aplicación de los derechos básicos laborales y por la falta de respeto de la dignidad de las personas”.
La Sra. Naim alerta de que esta situación es especialmente grave en la ciudad de Taza, la cual se prepara para ser Zona Franca, y donde las condiciones de trabajo ya son totalmente precarias: no existen ni contratos de trabajo, ni proteción social, ni bajas por enfermedad. Además, trabajan más de 48 horas semanales, sin derecho a cobrar el salario mínimo y con despido libre, sin derecho a indemnización. A todo ello se añade el acoso moral, en ocasiones sexual. Estas condiciones laborales afectan también a talleres que confeccionan ropa para Zara y el grupo Inditex en general.
Por todo ello, la militante marroquí expone una serie de demandas a Inditex para que adopte medidas que pongan fin a esta situación de una forma global.
Asimismo, la Campaña Ropa Limpia exige a Inditex: que haga pública la lista de proveedores con el fin de poder velar por las condiciones de trabajo en las fábricas donde deslocaliza la producción, que cambie las políticas de compra para afianzar una red de proveedores manejable y controlable. Además, que trabaje también con sindicatos y organizaciones de defensa de los derechos laborales locales para pagar salarios dignos en todas sus fábricas proveedoras. Todas estas medidas van encaminadas a poder garantizar que su ropa no se produzca vulnerando los derechos laborales de las personas que la confeccionan.