Cuando en 2013 se derrumbó el edificio Rana Plaza acabando con la vida de 1.134 personas trabajadoras (el mayor desastre en la historia de la industria textil jamás registrado), quedó patente que algo tenía que cambiar de forma radical para abordar la extrema inseguridad de la industria de la confección de Bangladesh.
El Acuerdo sobre seguridad de edificios y contra incendios en Bangladesh (Accord), creado poco después de esta tragedia, ha supuesto un cambio real al hacer que las fábricas del país sean lugares más seguros. En sus 8 años de funcionamiento ha llevado a cabo inspecciones, supervisado reparaciones y capacitado a trabajadores y trabajadoras en materia de salud y seguridad laboral en más de 1.600 fábricas que abastecen a más de 200 marcas. Desde su implementación, más de 2 millones de personas trabajadoras de la industria de la confección en Bangladesh pueden ir a sus trabajos sin miedo a incendios, derrumbes o accidentes que puedan evitarse con las correctas medidas de seguridad.
Pero el Acuerdo actual expirará a fines de mayo de 2021.
“El Acuerdo es muy importante para la seguridad en las fábricas. Funciona de manera independiente y neutral y se ha ganado una buena reputación y credibilidad, tanto fuera como entre las personas trabajadoras. El Acuerdo garantiza que el lugar de trabajo es un lugar seguro para los trabajadores”. Babul Akhter, Federación de Trabajadores Industriales y de la Confección de Bangladesh (BGIWF), sindicato signatario del Acuerdo
¿Cuáles son las claves de los buenos resultados del Acuerdo?
El Acuerdo de Bangladesh es tan exitoso porque es un acuerdo vinculante que puede implicar sanciones reales para las marcas, minoristas y fábricas que no implementen las medidas de seguridad necesarias.
Los sindicatos ocupan la mitad de los puestos en las estructuras de gobierno del Acuerdo y pueden exigir que las marcas rindan cuentas de sus acciones. Además, el acuerdo ha permitido la implementación de un mecanismo de quejas anónimo, mediante el cual cualquier persona trabajadora puede denunciar irregularidades en la seguridad de las fábricas sin miedo a represalias.
¿Cuál es el problema?
Pero todos los avances logrados hasta ahora penden de un hilo y deben protegerse: El Acuerdo expirará en mayo de 2021, y no hay señales de que vaya a dársele continuidad. Es necesario que las marcas y minoristas vuelvan a firmar un acuerdo internacional vinculante para mantener los elementos más efectivos del Acuerdo, y también se debería garantizar que, eventualmente, otros países como Pakistán estén cubiertos por un programa similar.
Sin embargo, algunas marcas y minoristas han declarado que prefieren limitar sus actividades a Bangladesh y confiar en el nuevo organismo nacional que se estableció el año pasado, en el que los representantes de los trabajadores supondrían solo un tercio en lugar de la mitad de los puestos de gobierno. Esto significa un importante paso atrás: creemos firmemente que este nuevo organismo no podrá mantener los estándares del anterior programa sin un acuerdo internacional vinculante.
¿Quién tiene que actuar?
Los signatarios del Acuerdo deben negociar un nuevo acuerdo internacional legalmente vinculante con los sindicatos, a fin de proteger el progreso logrado por el Acuerdo de Bangladesh en los últimos años. Las marcas y los minoristas no pueden dejar a sus trabajadores, una vez más, a merced de programas voluntarios que han demostrado ser claramente insuficientes para proteger sus vidas.
¿Por qué es importante mantener un acuerdo legalmente vinculante?
El Acuerdo es un instrumento vinculante iniciado por los sindicatos de Bangladesh y los sindicatos globales junto con grupos de derechos laborales. El primer Acuerdo, que tenía un mandato de cinco años, lo firmaron más de 200 marcas y minoristas mundiales de moda, sindicatos de Bangladesh y Federaciones Sindicales Globales. La Campaña Ropa Limpia es uno de los cuatro testigos signatarios. La OIT (Organización Internacional del Trabajo) funciona como presidente neutral.
- El Acuerdo requiere que las marcas signatarias revelen quiénes son sus fábricas proveedoras.
- El Acuerdo también requiere inspecciones de edificios independientes sobre incendios, seguridad eléctrica y estructural, capacitaciones sobre los derechos laborales y revisión de las medidas de seguridad.
- Las marcas de moda y sus fábricas proveedoras, son responsables de compensar a los trabajadores durante cualquier cierre por remediación y mantenimiento resultante de las inspecciones.
- El Acuerdo es único porque cuenta con el apoyo de todas las partes clave interesadas en los derechos laborales en Bangladesh y a escala internacional.
- Los informes de las inspecciones del Acuerdo junto con sus Planes de Acción Correctiva se publican en la página web del Acuerdo.
Este primer programa de Acuerdo terminó en mayo de 2018, momento en el que un nuevo Acuerdo de Transición asumió el control, pero en circunstancias difíciles. Desde entonces no hemos dejado de mostrar nuestra preocupación por la continuidad del Acuerdo, que en mayo de 2019 transfirió sus funciones con sede en Bangladesh a un nuevo organismo local, el RSC (Ready-Made-Garment Sutainability Council) .
Para evitar que a partir del 31 de mayo el RSC se convierta en otro mecanismo voluntario liderado por la industria, las marcas y los minoristas que firmaron el Acuerdo en su momento, deberían asegurarse de volver a detallar sus compromisos por escrito en un nuevo acuerdo internacional jurídicamente vinculante.
Aunque todos los signatarios del Acuerdo se mostraron dispuestos a principios de 2020 a alcanzar un «nuevo acuerdo entre los sindicatos y las marcas que se negociará con miras a que el programa de seguridad del Acuerdo se amplíe a Pakistán», ahora las marcas están diciendo que quieren limitar el alcance a Bangladesh y son reacias a firmar un nuevo acuerdo internacional con los sindicatos.
No podemos permitir que el gran logro que surgió de la horrible tragedia del colapso de Rana Plaza dé ningún paso atrás, ni privar de este exitoso programa a trabajadores de países como Pakistán que han estado pidiendo un sistema de seguridad efectivo desde hace tanto tiempo. La muerte de 28 personas ahogadas en un taller de ropa en Tánger el 8 de Febrero y el incendio donde al menos 20 personas perdieron la vida el 11 de marzo en una fábrica textil en El Cairo, demuestran una vez más que este tipo de programas no solo son necesarios sino muy urgentes.
Las marcas y los minoristas deben actuar ahora para proteger todos los avances alcanzados y garantizar que un desastre como Rana Plaza nunca vuelva a ocurrir.